HERA




Hera fue una de las hijas de Cronos y Rea. Según el poeta Hesíodo relata en su Teogonia, la pequeña diosa fue una de las víctimas de la furia devoradora de su padre. Cronos, para evitar que uno de sus vástagos le destronara, como él mismo había hecho con su propio padre, les devoraba uno a uno a medida que éstos iban naciendo.


                                     




 De este modo acabó Hera engullida por su propio padre. Sin embargo, la astucia de Gea logró que uno de sus hijos, Zeus, se salvara de la furia devoradora de Cronos, y cuando éste creció desafió y derrotó a su padre, obligándole a que vomitara a todos sus hermanos, con Hera entre ellos. 


Hera fue elegida por Zeus como su legítima esposa, un papel que cumplirá con resignación pese a los múltiples amoríos del soberano de los dioses.
De acuerdo a lo que sostienen algunos relatos, los legítimos descendientes de Hera y Zeus fueron: Ares (el dios de la guerra), Hebe (diosa de la juventud), Eris (diosa de la discordia), Llitía (diosa de los partos) y Hefesto (dios del fuego y la forja).


Hera, desparramaba celos y venganza contra las amantes e hijos ilegítimos de su esposo Zeus, en tanto, Heracles, uno de los héroes más destacados de la mitología griega fue uno de sus máximos enemigos; hijo de Alcmena y de Zeus, cuando la primera estuvo embarazada, Hera, intentó evitar que Heracles naciera atándole las piernas a su madre en nudos.

             
                                                                   


Muchas ciudades griegas de importancia contaron con templos en los cuales se veneraba a la famosa diosa, entre ellas: Olimpo, Tirinto, Corinto, Peracora y la Isla de Delos.

WEBGRAFÍA

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