miércoles, 21 de marzo de 2018





                                                                                             ARES




 Ares era en la Antigüedad clásica el dios de la guerra, entendiendo esta actividad como violencia desatada y sin control. Como tal, es representado como un guerrero fuerte, alto y terrorífico, siempre armado y dispuesto para la batalla, amante de las trifulcas y el derramamiento de sangre. Los griegos no fueron muy devotos seguidores de este dios, al que apenas rindieron culto en algunos santuarios.


        
                                       

La mayoría de los autores antiguos lo citan como hijo de Zeus y Hera, uno de los escasos frutos legítimos de este matrimonio. En alguna tradición se sitúa el lugar de nacimiento de Ares lejos de Grecia, en la tierra de Tracia, donde los bárbaros habrían desarrollado un rico culto a este dios.



                                                      

                                                           
                                        Imagen de : http://portalmitologia.com/ares-el-dios-de-la-guerra

 
 La principal relación que involucró al dios Ares tuvo como compañera a la diosa Afrodita. Pese a que ésta estaba casada con el dios Hefesto, asqueada de la fealdad de su esposo, la diosa del amor no tardó en fijarse en el más apuesto dios de la guerra, Ares. De este modo, Afrodita y Ares iniciaron una relación adúltera de la que ningún otro dios tenía conocimiento. Sin embargo, el engaño no duró mucho. Helios, dios del sol, que desde lo alto del firmamento contempla todas las actividades de dioses y mortales, descubrió la infidelidad de Afrodita y corrió a la fragua de Hefesto para revelarle al dios el engaño. Éste, irritado, decidió urdir un engaño para humillar a su esposa y al amante de ésta. En su fragua tejió una red de plata irrompible. En un momento en el que Ares y Afrodita estaban copulando en el lecho, Hefesto les sorprendió y arrojó sobre ellos la red mágica. Los amantes quedaron atrapados por el artefacto. Hefesto, para humillarles y dejar patente la traición de su esposa, llamó a todos los dioses para que contemplaran sus cuerpos desnudos entrelazados. Afrodita, avergonzada, suplicó a su esposo que la liberara, prometiendo romper su relación con Ares. Hefesto, ablandado por las súplicas de su esposa, decidió retirar la red y terminar con el suplicio al que había sometido a los dos amantes.


 WEBGRAFÍA : http://portalmitologia.com/ares-el-dios-de-la-guerra



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